Todo trabajo en equipo necesita de integrantes que cooperen para alcanzar los objetivos propuestos, sin cooperación el camino hacia la meta se torna complicado y en ocasiones lleva al fracaso. Por esta razón, las organizaciones, asociaciones, y demás grupos de alto rendimiento, etc. deben trabajar como un reloj de alta precisón, en donde cada miembro es un engranaje que desempeña su trabajo y sus labores de manera impecable para alcanzar el objetivo común. Esto es, obviamente, el escenario ideal. Muchas veces nos encontramos con miembros del equipo que no cooperan o bien nosotros mismos dificultamos la cooperación del grupo. Esto puede deberse a variados factores: puede que los miembros del equipo tengan habilidades diferentes, puede que tengan un contexto educacional distinto o que no compartan las mismas ideas que el resto de los integrantes. Sin embargo, no por esto hay que detenerse y dejar de buscar esa cohesión y sinergía grupal que lleva al éxito.
Existen muchos beneficios de crear dinámicas de cooperación dentro de los grupos de trabajo. Primero, mantiene la motivación, el rendimiento y el compromiso de los integrantes a un nivel elevado. Segundo, genera relaciones sanas y agradables de conviviencia dentro del espacio de trabajo, lo que conlleva a mejores relaciones interpersonales de los miembros del equipo. Por último, genera un ambiente de colaboración dentro del grupo de trabajo que ayuda a la consecusión de los objetivos comunes de una forma mas rápida y eficiente.
No obstante, generar estos espacios de cooperación puede ser complicado más no imposible. Para lograrlo, los líderes del equipo deben fungir como facilitadores de cooperación, acompañando y monitoreando a su equipo para crear un ambiente de trabajo sostenible. Por este motivo, es de suma importancia que los líderes conozcan bien a cada miembro del equipo, de esta forma se aseguran de conocer las destrezas y debilidades de los individuos que conformar el grupo. También es importante, que en todo momento favorezcan la cooperación y el trabajo grupal sobre los intereses individuales, priorizando siempre el objetivo común. Otro aspecto importante que un líder debe tomar en cuenta para generar ambientes de cooperación es promover siempre relaciones de confianza, esto permitirá que los integrantes se sientan cómodos y tranquilos de trabajar unidos.
La cooperación es esencial para que un equipo de trabajo utilice de la manera mas eficiente sus recursos y su tiempo y así alcanzar sus objetivos. Sin un ambiente de cooperación los proyectos tienen poca posibilidad de ser exitosos, dejando a un lado el objetivo común y priorizando las metas individuales. Cooperar implica conectar, trabajar activamente junto a los demás miembros y colaborar de forma interdependiente de manera que el ambiente de trabajo no se convierta en un ambiente competitivo a nivel individual. Cooperando se disfruta más el trabajo junto a otros por una meta en común; se comparte la responsabilidad con los demás miembros del equipo; se participa activamente y se permite generar un «espíritu de equipo»; por último, cooperar implica aprender y crecer como indiviudo dentro de un grupo. En conclusión, cooperar lleva al desarrollo a nivel tanto colectivo como individual.